SARCOPENIA Y FRAGILIDAD

¿Qué es la sarcopenia y la fragilidad?

En el artículo de hoy vamos a intentar arrojar un poquito de luz sobre la sarcopenia o pérdida de masa muscular, algo asociado a procesos de cese de entrenamiento o a la edad (o sea, que nos afecta a todos).

¿Qué es envejecer realmente?

Lo primero será recordar que tenéis el artículo anterior de Core disponible en este mismo Blog, pero para comenzar con el de hoy lo que haremos será definir el envejecimiento para conocer porqué nos hacemos viejos, las consecuencias que acarrea no controlar este proceso y lo enriquecedor que puede llegar a ser un envejecimiento pleno.

A pesar de que hay distintas definiciones, a mí, personalmente me gusta definir al envejecimiento como un proceso donde se da una acumulación progresiva de cambios derivados del paso del tiempo y que son responsables del aumento de la probabilidad de enfermedad y muerte del individuo. Este proceso comienza una vez se termina el desarrollo de un individuo, que puede oscilar en función del ritmo biológico de cada persona, pero que se mueve entre los 25 y los 35 años.

Sé que quedan muchas dudas y frentes abiertos con esta definición, es muy “cortita y al pie”, pero vamos a ir tocándolas poco a poco a medida que avanzamos en el artículo.

Derivado del proceso de envejecimiento encontramos el de senectud, la senectud es la última etapa de la vida y se caracteriza por un envejecimiento biológico. Se caracteriza por una manifestación muy clara del proceso de envejecimiento.

Como veis, el concepto de senectud queda muy en el aire y, a veces, da la sensación de que hay personas a las que no les llega a suceder, pues el sentirse activos y vitales puede acompañarnos hasta el final de nuestras vidas sin que llegue a darse ese “envejecimiento biológico” o, por lo menos, el concepto que tenemos de envejecimiento biológico y que va asociado a una pérdida de capacidad y funcionalidad para afrontar tareas cotidianas.

O sea que sí, todos envejecemos desde el final de nuestro desarrollo, si tienes más de 35 años y estás leyendo esto, siento ser yo quien te dé esta noticia, pero te estás haciendo viejo… Pero, el proceso de senectud solo se da en la última etapa de la vida, cuando se produce el envejecimiento biológico y, para que veas que la edad no es solo un número y… ¿Todos pasamos por esta etapa de senectud? Sí, todos, inevitablemente, a todos se nos va la vida, pero la forma de afrontar y alargar este proceso puede ser muy distinto.

Otra pregunta que nos hacemos a la hora de envejecer normalmente es hasta cuando, ¿hasta cuándo dura ese proceso? Es decir, nos preguntamos cuándo le vamos a tener que hacer frente a la muerte o a algo que para mucha gente es peor y, es la invalidez, la discapacidad y disfuncionalidad para afrontar algo sencillo y cotidiano, algo que nos puede derivar en un oscuro pensamiento de estar “muerto en vida” prácticamente.

Esa pregunta tiene una solución sencilla y que se responde por medio de la estadística:

Cuando hablamos de longevidad hacemos referencia a dos términos:

Longevidad máxima: o el alcance de vida que puede llegar a tener una persona como humano, es decir, lo podemos traducir a los años máximos que podríamos vivir como especie y, ese máximo teórico biológico son los 120 años.

Pero, por otro lado, encontramos la longevidad media o la edad media de mortalidad de las personas que ronda (dependiendo de la zona) los 85 años.

Pero… ¿Por qué se produce ese desbalance entre la longevidad máxima y la media de las personas? A esto afectan muuuuuchos factores, pero, entre ellos, destaca el deterioro provocado por el envejecimiento. Entonces, cabe esperar que nos surja la siguiente pregunta…

¿Por qué envejecemos?

En cuanto al motivo del envejecimiento existen distintas teorías, todas ellas muy curiosas, así que procedo a contártelas:

  • Teorías programadas: el envejecimiento es dependiente de los llamados relojes biológicos; es decir, existe un proceso programado donde nuestras células y demás tienen que durar un tiempo predeterminado y luego se provoca la autodestrucción celular genéticamente planteada desde un inicio.
  • Teorías de error/deterioro: se centra en la inserción de errores en el medio de una reproducción celular normal, de forma que nuestro medio tanto interno como externo, está expuesto a factores que pueden dar lugar a que esos errores se cuelen en el medio de un ciclo de reproducción celular y se repliquen dando lugar a un deterioro.
  • Teoría del error primario de Orgel: relacionadas con alteraciones en el material genético (ADN) que tienen una repercusión genética a nivel de síntesis de proteínas (ARNmensajero) y que acaban produciendo ese deterioro.
  • Teoría del mensaje redundante de Medvedev (no, no es el tenista, los deportistas de élite por lo general estudian poco jeje): esta teoría postula que en nuestro organismo existen genes que son redundantes (que hay varios del mismo tipo) y las copias entran en acción a medida que los genes activos se “estropean”, el proceso de envejecimiento se daría cuando el cuerpo no es capaz de sustituir estos errores.
  • Teoría de la restricción-codónica de Strehler: en esta última teoría encontramos un límite genético a nivel celular un “reloj molecular” que dice desde un inicio cuando morirá cada célula de nuestro cuerpo y que, el envejecimiento, es una consecuencia del proceso activo de muerte celular, demostrando incluso que existen los “genes del envejecimiento”.

¿Hasta dónde quiero llegar con esto? ¿Hay alguna teoría más cierta que otra? A esto os voy a contestar con una opinión personal a modo de conclusiones.

En mi opinión no existe una única teoría del envejecimiento, siempre me gustaron las explicaciones sencillas para las cosas complejas, pero, por experiencia sé que es muy difícil llegar a eso con casi cualquier temática, por ello existe una corriente actual que tiende a complejizar lo simple (hacer lo contrario) con el único objetivo de destacar, impresionando con cierta palabrería que, lejos de ayudarte a entender las cosas, las complica y las tergiversa con el objetivo de engrandecer el ego del “docente” mucho más que el del verdadero aprendizaje de su interlocutor, pero eso es otro tema, sigo…

Aunque sí es cierto que rechazo ciertas teorías anteriores o, más bien partes de ellas, como la teoría de la restricción-codónica de Strehler donde la muerte celular viene predeterminada desde su nacimiento cuando, en realidad, existen estímulos ambientales que sabemos que afectan a la longevidad y la esperanza de vida tanto de las personas como de una población.

Lo mismo me pasa con las teorías programadas y distinto con la teoría del mensaje redundante de Medvedev, pero con una sensación de falta de precisión similar ya que implica la sustitución de genes por otros redundantes, o sea, iguales, asumiendo así que el genoma de un individuo no puede cambiar a lo largo de su vida cuando sabemos que sí, casi siempre por patologías, pero sí puede.

Podría coger cositas de todas las teorías, pero no creo que ninguna esté en lo cierto al 100%, así que, si me preguntases a mí por qué envejecemos, probablemente mi respuesta fuese algo como…

El envejecimiento es un proceso multifactorial, en él pueden intervenir agentes del medio interno como externo y está muy relacionado con la capacidad y el ritmo de reproducibilidad de las células del organismo. Con el tiempo nuestras células adquieren errores causados por la acción de esos agentes en su reproducción durante muchas generaciones lo que hace disminuir el ritmo o cambiar su capacidad de generar descendientes correctos que reemplacen células muertas, causando así un deterioro a nivel orgánico y, por ende, funcional.

¿Qué efectos tiene la edad en la condición física y, por ende, en la salud?

Podría hablaros de muchos y no hay ninguno positivo, lo siento, así que, para ahorraros el mal trago me voy a limitar a dejar una foto explicativa sin comentarla demasiado:

Efectos del envejecimiento

Entenderemos entonces que todos los efectos del envejecimiento son negativos, pero podemos combatirlos en cierta medida. Os voy a contar un poco la forma de proceder empezando por la definición de dos términos clave: la sarcopenia y la fragilidad.

¿Qué son la sarcopenia y qué es la fragilidad?

Aunque son dos términos de estrecha relación conviene diferenciarlos y hablar de magnitudes cuando nos metemos en el tema, ya que una sarcopenia de gran magnitud puede derivar en fragilidad.

Además de esto, podemos entender que son términos complementarios, puesto que una persona con sarcopenia va a dar lugar a fragilidad y esa fragilidad va a repercutir en una disminución de movimiento que acentuará esa sarcopenia y ese síndrome de fragilidad, entrando así en un ciclo que se retroalimenta como “la pescadilla que se muerde la cola”.

La sarcopenia podemos definirla como la disminución de la masa y de la función muscular que puede resultar en una reducción de la capacidad física y que viene derivada de la edad.

Por otro lado, la fragilidad es un síndrome médico vinculado a la edad, con múltiples causas y factores de influencia, caracterizado por la disminución de fuerza y resistencia, así como la función fisiológica que aumenta la vulnerabilidad del individuo para el desarrollo de un alto grado de dependencia y o muerte.

Para diagnosticar este síndrome médico deben cumplirse 3 o más de los siguientes criterios:

  • Pérdida de peso involuntario (4-5 kg) de forma involuntaria.
  • Fatiga auto-reportada: limitada para realizar tareas cotidianas.
  • Debilidad: baja funcionalidad muscular. Se evalúa mediante dinamometría manual.
  • Baja velocidad de la marcha.
  • Bajo nivel de actividad física.

De hecho, si se cumplen estos criterios y previa evaluación médica podría derivar en una discapacidad. Entonces cabe preguntarnos ¿Qué hacemos para evitar estos procesos de pérdida de funcionalidad?

¿Cómo evaluamos en Areté la condición física de los adultos mayores?

Lo primero de todo es entender el objetivo que vamos a tener con esta población, por ejemplo, entenderemos la importancia que tiene el defenderlos contra la fragilidad por el hecho de que las caídas son una de las causas de muerte más destacadas en adultos mayores de 64 años.

Pero… ¿Cómo evitamos esas caídas? Aquí debemos enfocar el entrenamiento como si de un deportista de rendimiento se tratase, llevar una conciencia cualitativa del movimiento, una cuantificación de los procesos y sobre todo, saber cuándo y cómo extraer esos datos y qué hacemos con ellos una vez extraídos.

Por ejemplo, nosotros, en Areté Santa Cruz, nunca cerramos procedimientos porque creemos que en la individualización de cada caso está la clave para conseguir el éxito de cada persona.

Pero, si tenemos sistemas de trabajo que nos ayudan a seguir un camino concreto y, aunque existen decenas de test, cuestionarios, valoraciones… nosotros nos decantamos por los siguientes y por coger lo que nos interesa de cada uno para extraer la máxima información y de máxima calidad posible.

Por lo que un procedimiento de actuación tipo sería similar al siguiente:

  1. Resultados e interpretación de estimación de sarcopenia y fragilidad mediante los siguientes cuestionarios:
    1. Índice Barthel: mide el índice de independencia del sujeto. Está orientado a personas con cierto deterioro. La información hay que recabarla, por lo que, si nos encontramos con pacientes con deterioro cognitivo, deberíamos preguntarles a familiares para obtener información lo más verídica posible.
    1. SARC-F: este es un cuestionario auto reportado, esto es, se le pregunta directamente a la persona y se asume que en principio no existe un deterioro cognitivo elevado. Se utiliza para identificar si existen indicios de sarcopenia (se intenta inferir para detectar si existen indicios). Se basa en la percepción del sujeto para identificar las diferentes tareas.
    1. Escala SFT: es una batería que valora la condición física más que la funcionalidad. La Senior Fitness Test incluye diferentes categorías como la fuerza de tren inferior y superior, el componente cardiorrespiratorio, la flexibilidad, velocidad, agilidad y equilibrio dinámico del sujeto.
  2. Estimación de VO2max mediante distintas ecuaciones o pruebas en función de los resultados en pruebas anteriores, ya que el VO2máx o consumo máximo de oxígeno es un componente primordial para la salud en el que perdemos unos 5ml/kg/min por década, así a los 80 años estaríamos en los 15-18ml/kg/min (lo cual se encuentra por debajo de los umbrales de independencia).
  3. Valoración funcional adaptada que contiene pruebas de la FMS (functional movement screen): nos sirve para evaluar la movilidad y distintos tipos de fuerza del sujeto, consiguiendo así completar una valoración de su funcionalidad.
  4. Protocolo Vivifrail: este test propone una serie de consignas a tener en cuenta para tratar a cada paciente en función de su estrato y está compuesto por los siguientes puntos:
ViviFrail Sarcopenia
  1. SPPB: donde evaluamos la velocidad de marcha, equilibrio y la fuerza para levantarse de la silla.
  2. Test de riesgo de caídas: con una serie de tests que nos permiten cuantificar el riesgo que existe de que se produzca una caída por el peligro que conllevan estas a edades avanzadas.
  3. Resultado global de la evaluación.

Aplicación de la prueba de potencia de la App Power Frail cuya descripción es la siguiente

ViviFrail Potencia y Sarcopenia
  • Resumen general de la valoración de cada individuo que incluya resultados de cada prueba y la interpretación y valoración de este, con una propuesta general posterior de intervención y estratificación de los adultos mayores en grupos en función de la valoración de resultados en las pruebas de condición física y cognitiva realizadas.

Esta sería una forma de proceder muy válida, pero muy genérica, ¿puede haber más? Por supuesto, y más válidas seguro si las individualizamos a cada caso que es lo que intentamos transmitir desde el minuto uno y es lo que está demostrado que funciona en mejor medida.

Pautas de prescripción de ejercicio físico en adultos mayores

Terminamos con pautas generales para la prescripción de ejercicio físico en adultos mayores que nos propone la ACSM y una que “cae de cajón” y que me voy a permitir la licencia de sumar:

  • Lo primero sería individualizar el trabajo de la persona a los resultados obtenidos en la valoración, es lo más obvio, pero es lo primero que hay que hacer y a veces perdemos esa visión. Además, es importantísimo la monitorización diaria del entrenamiento con conversaciones y preguntas que hacen un “readiness” o un “wellness” un cuestionario inicial para saber como se encuentra cada persona cada día y adaptar las cargas a ello, así como, mediciones de rendimiento neuromuscular con, por ejemplo, un dinamómetro manual o algo que nos permita conocer esa variable.

Una vez aquí, lo que nos quedaría es tener en cuenta consignas básicas como:

  • La intensidad y la duración deberán ser ligeras si se presentan condiciones de baja condición física, limitaciones funcionales o enfermedad crónica, sino deberían ser adaptables a la capacidad de cada persona.
  • La progresión debe ser individualizada y ajustada a la tolerancia y preferencia de cada persona.
  • Atender particularmente al desarrollo del componente muscular, es decir, al entrenamiento de fuerza (que tiene efectos más generalizados).
  • Focalizar la atención a ejercicios que busquen mejorar la potencia máxima porque es algo que se pierde antes y con más rapidez.
  • En la secuenciación de los ejercicios en personas con sarcopenia y/o fragilidad, el desarrollo muscular debe ser lo primero que se haga para que la persona se pueda mover con solvencia o, de lo contrario, por falta de fuerza no podrá realizar las tareas de resistencia cardiorrespiratoria.
  • Recomendación de ejercicio: superar dosis mínimas propuestas por la OMS para mejorar el perfil saludable y para mejorar el tratamiento de enfermedades crónicas.
  • En el caso de personas con deterioro cognitivo (va a interferir mucho), recomiendan que el ejercicio sea fundamentalmente de tipo moderado o ligero y atender a si es una persona que requiere de flexibilización y asistencia muy individualizada.
  • Se recomienda la presencia de vuelta a la calma, sobre todo, en personas con enfermedades cardiovasculares.
  • Crear hábitos de vida (no sólo centrarnos en el propio diseño de ejercicio).
  • Prestar atención a la adherencia.

Con estas consignas y un poquito de creatividad e interpretación de datos y resultados tenemos todos los factores necesarios para diseñar un entrenamiento para la población específica adulto mayor en nuestras manos.

Ahora, ¿cómo se lleva esto a la práctica? En siguientes artículos comentamos un poquito un ejemplo práctico sobre este tema desde su valoración inicial hasta la consecución de resultados, para eso solo tenéis que hacernos saber en Instagram que os gusta este tipo de artículos a base de likes y compartir nuestros posts.

Muchas gracias de nuevo como siempre y nos vemos en siguientes artículos.

Un abrazo para todooos!!

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