Vamos a romper con una polémica que lleva desde los inicios de las diferentes actividades relacionadas con la salud y el deporte.
Antes de nada deciros que esta semana hemos subido a nuestras redes sociales un vídeo sobre cómo elevar los apoyos de nuestra base de sustentación en el gimnasio y los distintos objetivos que conseguimos con ello. ¡No os lo perdáis!
Volvemos al tema entonces. Hoy vamos a presentar el entrenamiento coadyuvante, qué es, cuáles son las fases propuestas una vez nos lesionamos y donde tenemos que acudir para ello. Justificando las acciones y competencias profesionales de cada colectivo y razonando en qué parte de la propuesta tendría más peso cada uno.
Entrenamiento coadyuvante, lesión y competencias profesionales
Cabe resaltar en este punto que, aunque el entrenamiento coadyuvante va de principio a fin en la preparación del deportista, vamos a tocar más profundo el papel de los diferentes profesionales cuando se produce una lesión, ya que es aquí cuando entra un poco la posible confusión entre las competencias de un médico, un fisioterapeuta y un entrenador personal.
El entrenamiento coadyuvante es aquel que está formado por las prácticas que permiten al deportista gozar de un estado de logro y salud que le posibilita realizar cada día las tareas propuestas en el entrenamiento optimizador.
Es decir, hablando claro, lo que haríamos es preparar a nuestros deportistas de forma que puedan afrontar el entrenamiento sin sufrir un riesgo excesivo de lesión y sin que su vida diaria se vea afectada por eses volúmenes e intensidades de entrenamiento.
Pero, como hablamos siempre, la lesión es multifactorial, aunque siempre haya un desencadenante no solamente se produce por aquello a lo que la asociamos de forma directa. Así que puede haber variables que se nos escapen y den lugar a una lesión, es aquí donde aparece un problema y donde existen propuestas para llevar a cabo en ese momento que involucran a los distintos profesionales de la salud y del ejercicio y que tienen competencias profesionales bien diferenciadas, aunque en ocasiones transversales.
Esta propuesta incluye distintas fases que serían:
- Entrenamiento supresivo
Antes de que se produzca la lesión, todos los entrenamientos realizados durante la temporada han de enfocarse con el objetivo de prevención y supresión de lesiones, además, obviamente, a la ganancia de rendimiento de cara a competición (donde más ganancia de rendimiento real va a haber).
Con esto de la prevención y supresión de lesiones lo que haremos realmente es intentar mejorar las capacidades de coordinación específicas del deporte concreto a las que se somete nuestro deportista, lograr un equilibrio muscular (agonistas-antagonistas) óptimo para que no exista lesión y se alcance el máximo rendimiento, disminuir la cantidad y la afectación de factores intrínsecos que pueden aumentar el riesgo de lesión y atender a otras estructuras (tendones y articulaciones) además de la musculatura en sí.
- Entrenamiento de evitación + Entrenamiento alternativo
Una vez se da la lesión porque no hemos controlado todas esas variables (es imposible) o porque nos hemos excedido con ellas hay que ponerse en manos, lo primero de un médico que sea capaz de diagnosticar con precisión la lesión y su alcance, así como determinar los pasos a seguir en el proceso y el registro de su evolución.
Una vez aquí será un fisioterapeuta el que controle los efectos agudos de la lesión y consiga, mediante su práctica, la recuperación de la función normal del tejido, es decir, ya aparece el distintivo de competencias profesionales entre un colectivo y otro en este punto.
Mientras que la función del entrenador es evitar la pérdida de la función motriz y la fuerza de la zona afectada mediante otro tipo de prácticas y en coordinación con los dos profesionales anteriores. En estas prácticas incluimos la restricción de flujo sanguíneo o el cross-education entre otras y que nos darán para un par de artículos más.
Los objetivos que tenemos en este punto son los de mantener la forma y función tanto de tejidos afectados como no afectados, activar la función articular para evitar la pérdida de estímulos kinestésicos derivados de la inmovilización y que puedan afectar al esquema corporal y mantener la técnica de ejecución de las habilidades específicas mediante prácticas como la imaginería motora o la práctica de técnicas ejecutables en la condición del deportista, así como el entrenamiento táctico mediante la visualización de jugadas, contenidos teóricos… Y centrarse en un aporte energético similar a las condiciones del deporte para volver en el mejor estado posible.
- Entrenamiento post-dramático
En este momento se da el alta médica y la labor principal pasa al equipo que forman el fisioterapeuta y el entrenador personal. Aquí el fisio ha de realizar el seguimiento del tejido lesionado mientras que el entrenador se centrará en la adaptación del comienzo de la actividad deportiva específica.
Esta es la fase de rehabilitación propiamente dicha, así que pretenderemos cooperar para recuperar las funciones perdidas de la forma más rápida posible.
Por lo que intentaremos continuar la rehabilitación bajo un cierto control médico, la readaptación fisiológica de la zona afectada poniendo énfasis en los sistemas afectados por la especialidad deportiva planificando y monitorizando un control de cargas con el objetivo de facilitar una integración gradual a los esfuerzos propios de competición.
- Entrenamiento perentorio o de resolución final
En este punto ya perdemos el control médico para trabajar únicamente en colaboración con un fisioterapeuta quien realizará el seguimiento del tejido afectado hasta cuando considere oportuno.
La labor del entrenador será llevar a cabo un trabajo de gimnasio y de campo adaptado a los informes del fisio, mientras que trabaja para que el deportista adquiera una forma física óptima para la especialidad deportiva en la que se desenvuelve (Return to play) situándolo en un nivel de posible competición inmediata ligándolo así, de esta forma, a la primera fase de escrita, el entrenamiento supresivo que se llevará a cabo de la mano del entrenamiento de competición.
En esta fase los objetivos que tengamos serán el de lograr la forma física óptima para ese deporte, los niveles de ejecución técnica y táctica anteriores a la lesión y poco a poco progresar para optimizarlos, conseguir la confianza y mentalidad para volver a competición a pleno nivel y lograr la integración en el grupo.
Dicho todo esto, ya conocemos donde se da la intervención de cada profesional y vemos que la cooperación es fundamental para que la readaptación sea, ya no eficaz, sino eficiente. Entonces, en lo que a mi opinión respeta, no podemos prescindir de ninguno de estos profesionales si queremos readaptarnos de una forma completa, ya no para un contexto deportivo sino para un contexto vital.
Pero claro, aquí tocamos el tema de las guerras políticas que se traen las entidades que representan a cada grupo de profesionales solo por alcanzar prestigio con una concepción muy capitalista en cuanto a “leyes de mercado” para cada competencia.
Con esto me refiero a que los fisios dicen que pueden prescribir ejercicio y los entrenadores dicen que esa batalla es solo suya, que ahí no se metan, los fisios dicen que pueden diagnosticar y los médicos que no digan tonterías… Y así en todo momento, viendo cada competencia como algo exclusivo que tiene que monopolizar un grupo haciendo de ello una competencia feroz que impide una cooperación plena y eficaz. Obviando completamente que en la concepción más moderna de ese “capitalismo” en cuanto a nichos de mercado se refiere valora más la cooperación entre sectores para el crecimiento mutuo que la competencia que hace perder para que no gane el prójimo. En fin… Política supongo.
Pero cabe preguntarnos entonces lo siguiente:
¿Qué competencias tiene cada profesional?
Aquí solamente os puedo dar mi opinión porque ni siquiera la legislación actual lo tiene claro y concisamente recogido.
Así que, allá vamos, basándome en las propuestas teóricas como la que os acabo de presentar en este artículo, mi experiencia profesional y los conocimientos de cada colegio, os diré que lo primero es el médico, este diagnostica de forma concreta y prescribe de forma genérica. Es decir, el médico es el que dice “hacemos una resonancia y vemos si ese cruzado está roto”, o “vemos si existe una discopatía (hernia discal, por ejemplo)” o “hacemos una ecografía y vemos como está es rotura de fibras” y en base a ello extrae un informe que presenta tanto al fisioterapeuta como al entrenador y prescribe “ejercicio físico” como parte de la rehabilitación además de ir controlando como avanza de forma periódica.
Después, con este informe el fisio se encarga de mirar en profundidad la lesión controlar el dolor y la función normal de ese tejido, es decir tiene una parte de diagnosis y una prescriptiva. Por lo que, en mi opinión sí, los fisios pueden diagnosticar y prescribir siempre dentro de sus límites de conocimiento, es decir, aunque no tienen la competencia exclusiva ni el conocimiento de diagnosis que puede tener un médico o prescripción que puede tener un entrenador, sí poseen mucho conocimiento para ciertas fases. Entonces sí, dentro de esas fases y de los límites que ellos mismos y el resto de los profesionales que puedan trabajar de forma transversal con ellos impongan pueden hacer ambas cosas.
Y por último, los entrenadores que son los que prescriben ejercicio para evitar la pérdida de forma y función en el proceso de inmovilización y lesión aguda, siguen trabajando en la forma del sujeto dejando a un lado la lesión para intentar evitar la pérdida al máximo, trabajan sobre su programa motor, esquema corporal y confianza a la hora de afrontar nuevamente una acción que era recurrente al suceso de lesión y trabajan de nuevo todas las estructuras de una forma individualizada, coordinada y controlada mediante una monitorización para que no se vuelva a dar ese proceso de lesión.
Por lo que, os pongo un ejemplo, el médico dice que la lesión es una rotura de fibras, el fisioterapeuta dice cuanto impide esa rotura de fibras e intenta recobrar la función no patológica y el entrenador intenta recuperar la función óptima y que no se vuelva a producir esa, ni ninguna lesión. Todo esto hecho, claramente, de una forma transversal en cooperación y comunicación constante entre profesionales de la salud, o eso sería lo utópico e idóneo…
Es decir, me reitero, el médico es el principio de todo, el fisio tiene función de diagnostico y prescripción dentro de unos límites y el entrenador puede trabajar con dolor y patología dentro de otros límites distintos prescribiendo ejercicio para la consecución de aumentar la salud y calidad de vida de sus pacientes recobrando la función óptima de sus tejidos.
Y hasta aquí por hoy, espero que hayan quedado claras las competencias de cada grupo de profesionales de la salud, que son transversales y, por ello, pueden llegar a pisarse entre ellos, lo cual no debería derivar en conflicto sino en cooperación y que todo lo demás es política y complejos entre profesionales que no deben de llegar más lejos de ahí.
Y ya que estamos con el tema de lesiones, aprovecho para recordaros temas mencionados anteriormente y si queréis saber un poco más sobre alguna lesión concreta y lo que hacemos nosotros, los entrenadores personales en un trabajo de gimnasio para rehabilitarla, solo tenéis que decirnos en comentarios y será uno de los siguientes artículos.
¡¡Un saludooo para todoooos!!
1 comentario en «¿Médicos, Fisioterapeutas o Entrenadores? Competencias profesionales de cada sector»